sábado, 2 de julio de 2016

2/07|2016

Quizá hoy todo carezca de sentido, o por lo menos un poco. Ayer había claridad, todo era una mierda y eso estaba bien remarcado, sin dudas que me incomoden la existencia. 
 Prefiero esos días que marcan bien las emociones, que están de un lado o del otro, blanco o negro, sin esas tibiezas absurdas que te remueven las tripas. 
Hoy no sé si es un día de mierda o un día increíblemente hermoso. Estoy esperando ese chasquido, ese click que empuja para un lado o para el otro, o tal vez esté buscando hacerlo yo misma con una acción, o con una palabra que defina. 
Qué infelices son los días tibios. 

viernes, 1 de julio de 2016

1/07|2016

Primero de Julio 

Portazo de bronca, de huída feroz.
Mañana barata de pan y café. 
El mozo drogado, que mira a los ojos y pide perdón por el café frío, porque -es el primero de la máquina y sale así-. 
El hombre de atrás con su libro de 700 páginas quejándose por la música alta. 
Celebro silenciosamente la queja del señor. 
Los libros que quiero leer y no puedo comprar, se transforman en historias que necesito descifrar, al instante. 
Niebla de más, nublando existencias. 
Afuera humedad, cemento y caducidad de felicidad. 
La gente no quiere más, la gente no existe más. 



jueves, 30 de junio de 2016

30/06/2016

Qué soy y cómo me siento, para qué vivo y para qué espero que llegue mañana. Son las 6 de la tarde, no debería sorprenderme de mis preguntas... Es el horario, me digo. Cómo me convenzo de las cosas, siempre buscando el lado místico, siempre yendo al detrás de escena para convencerme de que lo que pasa es porque tiene que pasar. Ilusa, negadora... Sí, lo soy, todos lo somos, vos también. 
Tenemos cuatro brazos, dos de ellos nos tapan los oídos, la vista, las emociones. Somos los primeros en reprimirnos. Que inentendibles, inexorables, inexplicables, repulsivos. 
Todos los días tienen un 6 de la tarde, todos los días la misma historia, los mismos seres. 

martes, 28 de junio de 2016

Sordera inducida

Mientras la mosca habla, yo como cereales. 
Son crujientes y grandes, de nuez. 
Hace tantos años que la mosca zumba en mis oídos, que ya descubrí un montón de técnicas para que no me perturbe del todo. 
Ayer a la noche, lloré mucho con los auriculares puestos, para que sus patas no me toquen ni un centímetro de oreja. Y la música y el llanto, sonaban, más alto que su peste. 
Hoy, desayuno esos cereales. Mientras mastico de a cuatro, de a cinco, me aturdo. El crujiente se apodera de mis tímpanos, cuánto más me meto en la boca, más ruido hacen. como si abollaran papeles al lado de mis oídos sin parar. 
La mosca no lo sabe, no sabe que tengo mis técnicas, no sabe que no me llega a lastimar, no tiene ni idea de que siempre algo me salva. 
La mosca no sabe de mis cereales cuadrados de nuez, ni de mi llanto, ni de mis canciones, ni de las heridas que dejan sus palabras. 

lunes, 27 de junio de 2016

28 de Junio / Nunca te mentí

Sí, te demostré que te quería muchas veces. Pero eso fue cuándo era un poco más valiente. 
Era valiente pero era una valentía de niña, de inmune, de inocente. Así lo recibiste vos, como un juego de una dulce pequeña. Y 
Quiero que sepas que nunca te mentí, que aunque ahora sepa que en ese momento mis sentimientos no eran muy sólidos, estaban en mí desde siempre, y estaban listos para crecer. 
Hoy pasó el tiempo, las cosas cambiaron, se transformaron, pero eso que te demostraba en ese entonces, creció con fuerza, a la par mía. 
Uno crece y el miedo lo hace con uno, al unísono. Cuando sos chico pensas menos y haces más, porque no tenemos mucho criterio, nos guía el corazón y nada más, no nos fijamos en lo que está bien o mal. 
Hoy, junto conmigo, crecieron las inseguridades y el temor a no poder alcanzar los sueños. 
Ahora cuesta mucho más decirte "te quiero", ya no me sale tan fácilmente como hace un tiempo, y no tiene nada que ver con que haya cambiado ese sentimiento, porque en realidad, ese "te quiero" es mucho más fuerte que cualquiera del pasado. Por eso cuesta, porque ahora pesa, porque está cargado de sinceridad y porque ahora pueden matarme o revivirme tus respuestas.  
Esta vez, es sinceridad de adulto, no sinceridad pasajera de un niño.
Hoy me doy cuenta que mis sentimientos   fueron honestos desde siempre y que no cambiaron, hoy me doy cuenta que nunca te mentí. Jamás cargaron con la inmadurez propia de un alma pequeña. Nacieron así, gigantes.
Siempre me la voy a jugar por vos. 
Solo te pido que me borres los miedos, o que me vuelvas a convertir en niña. 

miércoles, 22 de junio de 2016

¿Qué somos?

¿Y ustedes que son? 
somos de los pocos que no le ponen título a nuestro vínculo. 
¿Y cómo sería eso?
es un poco complejo de explicar, pero sentirlo es mágico, inigualable. 
Somos dos seres que se unen desde el alma. Podemos estar días sin vernos, meses, incluso años. 
Pero, ¿Sabés qué?, pase el tiempo que pase, la distancia que nos separe, las transformaciones que se presenten en nuestras vidas, nada pero nada se nota cuándo nos fundimos en ese abrazo que nos regalamos en el reencuentro... 
Somos dos barriletes que la vida se encarga de volver a entrelazar una y otra vez. 
Es que los lazos del alma no necesitan de todas esas cosas básicas de todas las relaciones mundanas, porque se riegan desde otro lugar, desde otro plano, con otra esencia. 
Es una especie de conexión silenciosa entre un ser y el otro, algo invisible que solamente se puede sentir. 
No sabría qué título le podríamos poner a la cuestión, supongo que todo le quedaría minúsculo. 


jueves, 16 de junio de 2016

16.6

Veo un charco de barro y pienso en la sensación inigualable que sería hundir mis pies allí, y dejar huellas hasta llegar a mi casa. 
Pero no lo hago, me mancharía toda, quedaría como una ridícula, entonces lo dejo pasar y sigo camino. 
Cuándo llegó a mi casa me pregunto: ¿Por qué no cumplí mi deseo? Era tan sencillo, sacarme las zapatillas, agarrarlas, hundir los pies, y empezar a caminar. Lo mismo que hice. ¿Cuál era la diferencia de llegar sucia? Si tengo agua para limpiarme en segundos, si tengo toalla para secarme después... ¿Por qué no lo hice?. 
Por miedo a quedar extraña ante los demás, porque pensé en el qué dirán, porque pensé en ellos y no en lo que quería en ese momento.
Mañana voy a volver a pasar por el charco de barro y voy a volver sucia a casa, después de todo, será una anécdota más tanto para mí, como para los que lleguen a sus casas sorprendidos a contar en la cena familiar lo que han visto: "una loca andaba dejando huellas de barro por la calle, sin pudor, y sonreía" y si, soy una loca que quiere dejar huellas, huellas sanas, de barro, de honestidad, de deseo puro, por todo el mundo.